miércoles, 2 de julio de 2014

¿El suicidio es una enfermedad?


Introducción:
La palabra suicidio procede de dos términos en Latín: sui que significa “de sí mismo”, y caedere: que significa “matar”, es decir, “matarse a sí mismo”.
Este acto, en diversas épocas y culturas, tuvo valores diferentes:
Probablemente ha existido desde siempre y en muchas sociedades, pero a lo largo del tiempo ha cambiado su valor. Anteriormente a la era cristiana, en la Roma clásica, el suicidio tenía un valor favorable. Para ellos, la vida merecía la pena ser vivida en términos de cualidad más que de cantidad. Con el advenimiento del cristianismo, el suicidio se transformo en un acto contrario a la razón y pecaminoso. San Agustín en el siglo IV y, más tarde, en el XIII, Santo Tomás de Aquino dan cuerpo teórico a esta posición. Esta idea ha sido fundamental en el mundo occidental hasta casi nuestros días y ha penetrado la sociedad a través de generaciones. Basta recordar para ilustrar este aspecto, el tratamiento legal que la mayoría de los países occidentales han dado al suicidio (hasta el año 1961 el suicidio estaba penado en Inglaterra, por ejemplo). El siglo XVIII trae nueva luz, con la aparición de Rousseau quién parece desplazar a la sociedad el pecado, y con Hume, el cual trata de descriminalizar el acto suicida. El estudio moderno del suicidio comienza con el siglo XX.  


El suicidio fue identificado ya en 1970 por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) como un problema mayor de salud pública y como fuente de un enorme gasto de recursos en todos los niveles de la asistencia sanitaria. Por ejemplo: es la novena causa de muerte en los Estados Unidos, pero sube hasta la primera en algunos países del norte de Europa en el rango de edad entre 25 y 34 años.
La O.M.S aporta una definición: el “acto suicida” lo define como “todo hecho por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión, cualquiera que sea el grado de intención letal y del conocimiento del verdadero móvil”.
El efecto discursivo del valor y la definición de acto suicida, impacta profundamente en nuestra época. En el discurso medico, por ejemplo: el criterio de internación para una persona, que padece algún trastorno mental, implica la evaluación profesional del riesgo para sí o para terceros. Este riesgo tiene ver con la posibilidad de cometer un acto (que se oriente, se dirija en una gradación determinada hacia el suicidio o el asesinato).

Aportes:
El desarrollo teórico más importante lo ha realizo el discurso científico de la medicina, más precisamente la psiquiatría. Ella lo denomina “pasaje al acto”.
El psicoanálisis, toma este término, fundamentalmente a través del francés Jacques Lacan (psiquiatra y psicoanalista)  y le inyecta un valor diferente a los desarrollos teóricos existentes.

Preguntas:
¿Cuál es la causa?
¿Es posible predecirlo?
Una posible explicación, es la que ofrece el psicoanálisis.
La causa es inconsciente, es decir, el sujeto, desconoce el camino por el cual, posiblemente, decida resolver su existencia a través de un “pasaje al acto”, es decir, para el psicoanálisis, en principio tiene un valor de un intento de elaboración o un intento de solución de algo, por medio del acto y no de la palabra.
No podemos predecirlo a pesar de que el sujeto exprese su deseo de matarse; dado que no es lo mismo tener pensamientos suicidas al acto mismo.
Aquí ubico una diferencia, entre la persona que intenta suicidarse a la que realiza el acto. Las personas que realizan un intento, en psicoanálisis se lo ubica como, sujetos que realizan un acting aut. La característica fundamental del intento, es que está dirigido a otros,  implica una situación donde hay otros, eso no significa que un acting aut no termine en suicidio. En cambio la persona que realiza un pasaje al acto, lo consuma, lo realiza y los otros se enteran luego del  hecho.
A modo de ejemplo.
En el año 2001, “el corralito” afecto los ahorros de mucha gente. Hubo personas que respondieron frente a esta difícil situación, con depresión, angustia y suicidios y en cambio hubieron otras que las llevo a crear soluciones posibles.
¿Cómo explicar esto? Cada respuesta fue el resultado del encuentro particular entre las medidas económicas y la significación inconsciente particular. La reacción de las personas, respondió directamente al valor inconsciente que tomo el dejar de tener; para algunos en su inconsciente sino tienen, no son.
Es decir, probablemente, en circunstancias donde se juega el tener y el ser (que son aspectos íntimamente relacionados en el inconsciente) pueden producir diferentes sentidos, significaciones y valores particulares.
La salud mental, por otra parte, dice que no existe una causa definida y ubica aspectos asociados  como  el sexo, la edad, la raza, el estado civil, religión, ocupación, distribución geográfica, estación del año, el día y la hora, problemas sociales-económicos, etc. Todos estos factores asociados pueden incidir, pero no son “La” causa.
Efectos del acto:
El suicidio representa un drama, no solamente para la persona misma que se hace objeto de este acto, sino también para sus seres queridos.
Si vamos más allá de lo trágico, puedo precisar otro efecto;  cuando se lleva a cabo, se produce el nacimiento de un nuevo sujeto, la persona se transformación, se trasmuta ya no es el mismo.
Otro ejemplo de una transformación subjetiva es el “acto asesino”. Algo cambia para siempre en la persona, ya no es la misma. Es un asesino.
René Favaloro luego de cometer el acto, mas allá de sus razones y sin tomar una posición positiva o negativa sobre lo que hizo, lo trasformo en otro sujeto, en general lo recordamos como el médico cardiólogo brillante que era, pero también es el médico que se mato, que cometió un acto contrario para lo que siempre lucho.  Oscar Pistorius, el primer atleta discapacitado en haber participado en unos Juegos Olímpicos, quien asesino a su novia, este acto a parte de llevarlo a la cárcel, seguramente lo transformo para siempre a él y a las personas  lo conocen y  lo recuerdan.
¿El suicidio es una  enfermedad?
El psicoanálisis, no lo considera como una enfermedad, pero se si lo asocia a determinadas estructuras psíquicas, como ser las psicosis.
Puede haber pasaje al acto en la melancolía o la esquizofrenia, es decir, en psicosis que se desencadenan produciendo fenómenos alucinatorio; alucinaciones verbales, es decir, voces que el paciente escucha y le dicen de una forma imperativa: “que se quite la vida” por ejemplo.
En las neurosis (fobias, neurosis obsesiva e  histeria)  es más difícil que el acto ocurra. En la neurosis obsesiva, se manifiesta en el campo del pensamiento. Es muy importante, ubicar cual es la relación que el sujeto tiene con sus pensamientos suicidas. Pensamientos es muy distinto a un acto.

El pasaje al acto en una estructura psicótica, toma un valor diferente, es decir, la psiquiatría y el psicoanálisis  localiza un padecimiento diferente en estos sujetos, que en el suicidio como intento de elaboración de la existencia.

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