lunes, 13 de octubre de 2014

La perdida del amor. ¿La mujer se angustia más que el hombre, por la pérdida del amor?


Dos aclaraciones, antes de comenzar:
1.      La pérdida del amor, es un tema muy amplio, que puede ser abordado de diferentes formas, en mi caso voy a tomar un aspecto, una parcialidad. Que intenta articular la angustia y el amor.
2.      Este escrito, parte de la lectura que realizo de los pacientes en mi práctica,  ubicando los desarrollos teóricos producidos por Freud y Lacan a partir de  sus experiencias clínicas, que son útiles a mi entender, para responder al         interrogante planteado.

Se dice que la mujer, en general, suele estar más angustiada que el hombre, es decir, suele estar más en contacto con la angustia.
Existen diferencias, en el hombre y en la mujer, con respecto a las distintas situaciones que puedan llegar a provocarla.
La condición de hombría, en el hombre está ligada, al tener. Por lo tanto la angustia aparece en situaciones donde su condición se encuentra amenazada, en donde  deja de tener, lo que para cada uno, tiene importancia vital.
En cambio, la mujer se angustia por la pérdida del amor.
Esta orientación es general, lo cual no significa, que un hombre, no se angustie, cuando pierde a su pareja, por ejemplo.
Entonces, en ambos, la angustia, no se manifiesta con la misma intensidad, ni tampoco surge ante las mismas situaciones, y es también diferente lo que la provoca.

viernes, 10 de octubre de 2014

viernes, 19 de septiembre de 2014

¿La mujer se angustia más que el hombre, por la pérdida del amor? Primera Parte


Dos aclaraciones, antes de comenzar:
1.      La pérdida del amor, es un tema muy amplio, que puede ser abordado de diferentes formas, en mi caso voy a tomar un aspecto, una parcialidad. Que intenta articular la angustia y el amor.
2.      Este escrito, parte de la lectura que realizo de los pacientes en mi práctica,  ubicando los desarrollos teóricos producidos por Freud y Lacan a partir de sus experiencias clínicas, que son útiles a mi entender, para responder al           interrogante planteado.


Es, una lectura clínica y quizás de la vida cotidiana, que la mujer, en general, suele estar más angustiada que el hombre, es decir, suele estar más en contacto con la angustia.
Existen diferencias, en el hombre y en la mujer, con respecto a las distintas situaciones que puedan llegar a provocarla.
La condición de hombría, en el hombre está ligada, al tener. Por lo tanto la angustia aparece en situaciones donde su condición se encuentra amenazada, en donde  deja de tener, lo que para cada uno, tiene importancia vital.
En cambio, la mujer se angustia por la pérdida del amor.
Esta orientación es general, lo cual no significa, que un hombre, no se angustie, cuando pierde a su pareja, por ejemplo.
Entonces, en ambos, la angustia, no se manifiesta con la misma intensidad, ni tampoco surge ante las mismas situaciones, y es también diferente lo que la provoca.
¿Cómo se produce esto?
El hombre y la mujer subjetivan de diferente forma, la pérdida.
Subjetivar, significa en este caso, que la experiencia de una pérdida, en el inconsciente, es interpretado de diversas maneras otorgándole un valor particular, es decir, es el dato de la perdida, lo que moviliza a la valoración inconsciente.  Y este valor está relacionado, en general, con la masculinidad y la femeneidad.
Decir que, para el inconsciente la perdida en ambos se interpreta distinto, implica que la persona no puede darse cuenta conscientemente, de este proceso.
En el hombre, por ejemplo, la pérdida de un trabajo, es casi siempre vivida con angustia.
Es una observación clínica, que bajo estas condiciones, aparece en el paciente lo que denomino “un algo más”, un plus, que se pone en juego bajo esta circunstancia; su masculinidad. Para evocar el decir de un paciente: “para mi perder mi trabajo, es una catástrofe”
La mujer, ante la misma situación, reacciona, casi siempre, diferente, es decir, sin poner en juego ese plus; no significa que no esté preocupada (estar preocupada, no es lo mismo que estar angustiada).
En la mujer. ¿Cómo se presentífica, ese “algo más”?  
Aparece en situaciones donde se pone en juego, la pérdida del amor, sea de un hijo, una pareja, un amiga/o o un familiar. A este plus, Freud lo denomina femeneidad.
En el inconsciente de la mujer, por su condición;  la pérdida del amor queda significada como un peligro que atenta contra la homeostasis psíquica[1]. Y la angustia es entonces su señal.
A partir de su práctica, Freud hace todo un desarrollo teórico, sobre la angustia y la define, como un estado afectivo, que aparece frente a un peligro real y va a acompañado, en general, de una reacción de huida que nos permite preservarnos. Es decir, es ante todo una señal, que implican manifestaciones en lo corporal (sensación de falta de aire, palpitaciones, sensación de mareo, sequedad de boca, sudores en las manos, pies, axilas, entre otras). En la angustia no existen palabras solo están los signos del cuerpo.
Agrega, que sin embargo existen situaciones, momentos y lugares que no representan ningún peligro real para la persona, pero sin embargo la angustia aparece.
Este, es el punto desde donde parto, es decir, para estas situaciones Freud sigue verificando, que la angustia es señal de peligro.





[1] Homeostasis: es una propiedad de los organismos vivos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior. Se trata de una forma de estado estacionario dinámico que se hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que constituyen los mecanismos de autorregulación de los seres vivos. Ejemplos de homeostasis son la regulación de la temperatura y el balance entre acidez y alcalinidad (pH).

miércoles, 2 de julio de 2014

¿El suicidio es una enfermedad?


Introducción:
La palabra suicidio procede de dos términos en Latín: sui que significa “de sí mismo”, y caedere: que significa “matar”, es decir, “matarse a sí mismo”.
Este acto, en diversas épocas y culturas, tuvo valores diferentes:
Probablemente ha existido desde siempre y en muchas sociedades, pero a lo largo del tiempo ha cambiado su valor. Anteriormente a la era cristiana, en la Roma clásica, el suicidio tenía un valor favorable. Para ellos, la vida merecía la pena ser vivida en términos de cualidad más que de cantidad. Con el advenimiento del cristianismo, el suicidio se transformo en un acto contrario a la razón y pecaminoso. San Agustín en el siglo IV y, más tarde, en el XIII, Santo Tomás de Aquino dan cuerpo teórico a esta posición. Esta idea ha sido fundamental en el mundo occidental hasta casi nuestros días y ha penetrado la sociedad a través de generaciones. Basta recordar para ilustrar este aspecto, el tratamiento legal que la mayoría de los países occidentales han dado al suicidio (hasta el año 1961 el suicidio estaba penado en Inglaterra, por ejemplo). El siglo XVIII trae nueva luz, con la aparición de Rousseau quién parece desplazar a la sociedad el pecado, y con Hume, el cual trata de descriminalizar el acto suicida. El estudio moderno del suicidio comienza con el siglo XX.  

miércoles, 18 de junio de 2014

Una enuresis particular. (parte II)


La palabra enuresis deriva de un vocablo griego que significa "hacer agua".
"Hacerse pis en la cama", "mojarse", "orinarse encima", son expresiones diferentes que utilizamos       para explicar y describir una de las posibles situaciones en donde  el cuerpo no obedece a la voluntad…                                    
El control de la micción es producto de la articulación de dos elementos:
1.      1.   Lo orgánico: se necesita la maduración orgánica adecuada de una serie de mecanismos anatómicos-fisiológicos que intervienen en este proceso.
2.        2. El pasaje del bebe, de la necesidad a la demanda de madre.

lunes, 3 de febrero de 2014

Una enuresis particular ( parte I)

Una enuresis particular ( parte I)
Como psicoanalista, cuando una persona me consulta por su enuresis; en las entrevistas iniciales, comienzo a realizar una evaluación conjunta con mi paciente para ver si se trata de un síntoma  inconsciente, es decir, una posible afectación y alteración de una de las funciones del cuerpo, más allá de lo orgánico y de la voluntad. Desde esta perspectiva, el acto involuntario de "hacerse pis encima", cobra un valor determinado a partir de lo que el sujeto, dice y evalúa. Entonces, lo que recibo en principio, es la manera en que el paciente utiliza palabras  para describir lo que le  sucede y es a partir de su evaluación que comenzamos de pensar juntos, evaluando lo que él  evalúa. No es lo mismo decir: el problema que tengo o la situación traumática que vivo o la         incomodidad que experimento o el  malestar que sufro, cada una puede referir al mismo síntoma pero de diferente formas, por lo tanto no puede ser evaluado de la misma manera.

miércoles, 8 de enero de 2014

Mi lectura psicoanalítica de la película: “Embriagado de Amor”.

Película: “Embriagado de Amor”
http://www.54321cine.blogspot.com.ar/

Embriagado: es un estado en exceso, que  implica la pérdida del equilibrio y la homeostasis…
Amor: según la definición de Lacan es: “es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es”.
La película, desde mi lectura, da cuenta del modo en que el protagonista es tomado por  un exceso, un desborde, algo que no puede domarse o dominarse (en este aspecto estaría en la dimensión del goce) y “un amor” que admite una significación y una función diferente a la que creemos compartir la mayoría de la personas; tanto para Barry, como para Lena, su novia, ambos están atravesados por estos términos.
¿Qué puede suceder cuando alguien no puede dar esa nada, condición necesaria para el amor, desde la definición lacaniana?

Síntomas corporales. Cuando la causa es inconsciente.

Síntomas corporales
Cuando la causa es inconsciente.
Cuando el cuerpo no obedece a la voluntad, por un síntoma corporal de origen inconsciente y la persona consulta a una analista por su padecimiento, es fundamental la evaluación que ella realiza.
¿Cuál es el origen de su padecimiento? ¿En qué momento comenzó? ¿Qué ocurrió?  ¿Cuándo aparece? ¿Existe algún suceso (pensamiento, imágenes, ideas, hechos) que anteceda la aparición del síntoma?

Síntomas corporales. Lo orgánico y lo inconsciente

Síntomas corporales
Lo orgánico y lo inconsciente
En muchos casos son los médicos los que derivan a las personas a un psicoanalista, (luego de realizar estudios y análisis clínico), por no presentar signos concretos de enfermedades orgánicas.
Freud, nos enseña en un texto llamado “introducción al narcisismo”, cómo se manifiestan y cuáles son las reacciones de una persona que padece un síntoma corporal orgánico.  Escribe: “Todos sabemos, y lo consideramos natural, que el individuo aquejado de un dolor o un malestar orgánico cesa de interesarse por el mundo exterior, en cuanto no tiene relación con su dolencia.”